Como pequeñas joyas al sol

El pasado sábado os proponía un pequeño juego, "abrir los sentidos" e ir en busca de pequeñas cosas... jugar con vuestros hijos y descubrir cosas que nos pasarían desapercibidas en nuestro ir y venir cotidiano. ¿Qué tal os fue?, seguro que si lo hicisteis con niños disfrutaron de lo lindo diciendo "mira mamá, aquí", "mira papá lo que he encontrado". ¡¡¡Qué buenos son para estos descubrimientos!!!.

Pues bien, no hay nada como mirar a nuestro alrededor con ojos de niño, abriendo ojos, mente y corazón, disfrutando de las pequeñas cosas que es donde residen muchas veces esos momentos de felicidad... en una sonrisa, un gesto, una mirada cómplice, una caricia...

La semana pasada me fui en busca de "tesoros", de "joyas"... paseando, mirando de un sitio a otro, percibiendo pequeñas cosillas por el rabillo del ojo, parando, volviendo sobre mis pasos y agachándome, observando...

De otra forma, no habría podido ver esto... una enorme alfombra de pequeños tréboles a la luz de los rayos del joven sol de la mañana; pero tenía que abrir más mis sentidos y darles la importancia que se merecían, así que paré, centré mi atención, me agaché y las ví... pequeñas gotitas de rocío que al sol, aparecían como diminutos diamantes...

¿Y qué ocurre cuando te dejas llevar?, ¿cuándo te encuentras subyugada con la belleza que tienes ante tí?, pues que en ese momento sólo existíamos yo y mi "tesoro", se paraliza el mundo y me siento en paz... 

Saqué mi cámara, me agaché todo lo que pude, terminé casi medio acostada boca abajo en el suelo e intenté capturar ese instante, para mí mágico... Feliz me levanté, fue cuando me dí cuenta que tras de mí había una mujer sentada en un banco disfrutando de la tranquilidad y de otro tesoro... un libro. Sonreí, guardé mi cámara, me sacudí sin mirar las rodillas de mis vaqueros y continué mi "excursión".

Aquí os dejo mis pequeñas joyitas al sol :)

Volví a casa llena de renovada energía...