Cuando me enteré de la propuesta de Álvaro Sanz,
me entraron como pequeñas mariposas en el estómago,
tantas veces he pensado en lo maravilloso que sería levantarse muy temprano
a tomar fotos, tantas veces lo deseché, pero en Diciembre ya lo hizo
y una compañera y amiga de Cazadoras de Luz se animó y aunque no consiguió
tal vez la foto deseada, porque el sol estuvo cubierto por las nubes,
nos obsequió con una foto bellísima que transmitía
toda la paz y la serenidad de su momento.
Estuve hasta el último momento pensando en participar,
pero sin llegar a confirmarlo...,
bueno, ya se vería, ya llegaría el día. Ayer cargué la batería,
preparé la cámara y puse el despertador.
Se lo comenté a mi marido. Seguía dándole vueltas a dónde ir,
creo que no tengo demasiados sitios por aquí para poder plasmar belleza en
un amanecer, y éste es tan fugaz, que no podía estar moviéndome de un lugar a otro.
Con el despertador me he levantado de un salto,
sorprendida de mí misma por tal rapidez...
He dejado a mis chicos durmiendo, me he vestido con celeridad.
Tras la búsqueda del trípode (debería haberlo dejado preparado ayer).
He cogido algo de abrigo y he salido con el coche.
No me he cruzado absolutamente con nadie, ni persona,
ni coche circulando por las calles.
Subo al Monte de El Calvario, donde hay un merendero y una Ermita.
Me he encontrado con la luna llena y nos hemos mirado cara a cara.
Planto mi trípode y he querido captarla a pesar de no llevar
un objetivo como para ello, pero bueno...
Tras esto, busco el lugar para ver el amanecer y desde donde también
se ve la ermita, sólo hay un punto, puesto que si te desplazas
más a derecha o izquierda, queda oculta tras
los árboles. El punto está en plena pendiente de la sierra y casi pegado a una casa.
Me sonrío al pensar la cara que pondrían si salieran y me vieran ahí,
jajaja, pero no ha ocurrido.
Total para nada, porque al final he recortado la foto y no se ve X^D.
Con el único sonido del canto de los pájaros, entre ellos un mirlo,
que me tiene enamorada con su canto y de los pitidos de mi cámara tras enfocar
y prepararse para disparar con el remoto (se me olvidó el mando inalámbrico
y no me podía permitir ninguna vibración en esas condiciones de luz),
me he sentdo acompañada por los cientos de personas que estarían como yo,
cámara en mano, esperando..., presenciando el amanecer.
Todos unidos por una preciosa iniciativa, todos queriendo captar
la belleza de la luz del amanecer.
A pesar de las grandes nubes, he rescatado una foto, tenía que aprovechar,
aunque estuviera nublado... el sol se colaba por las nubes
y dejaba entrever filos casi incandescentes en las mismas.
Me ha encantado la experiencia... una luz cálida y limpia,
iba bañando poco a poco la tierra,
los árboles, casas y montañas... las sombras huían ante su avance.
Al cabo de un par de horas más o menos de haberme levantado,
estaba en casa de nuevo, veía a mis chicos que acababan de despertarse,
les achuchaba y besaba y mientras se vestían,
preparaba una tortitas para desayunar mientras se descargaban
las fotos en el ordenador.
Esta foto ha sido la rescatada, mi pequeña aportación:
No llega a ser como estar allí, presenciándolo, pero me parece un recuerdo maravillo.
Seguro que en próximos meses Álvaro volver a proponerlo y yo
volveré a participar si me es posible.
